(CH.FH)
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La edutécnica 2×2 Objetivos es una herramienta de interés para cualquier docente que quiera mejorar de manera contundente la calidad de su enseñanza. Esta edutécnica busca que se logren objetivos medibles, significativos, posibles y específicos, capaces de planificar que los estudiantes obtengan un aprendizaje más significativo.
¿En qué consiste 2×2 Objetivos?
Básicamente, consiste en establecer cuatro tipos de objetivos destinados a planificar todo el proceso de enseñanza, un objetivo medible y uno significativo, un objetivo posible y uno específico.
Esto puede entenderse mejor con un ejemplo ilustrativo: Imagina que como profesor quieres enseñar a tus alumnos sobre el sistema solar, pero fallas al plantearte únicamente un objetivo vago como: «Quiero que en la lección de hoy mis alumnos aprendan sobre el sistema solar» Este objetivo, aunque bien intencionado, no puede proporcionar una guía clara para planificar todas las actividades educativas necesarias para que los alumnos aprendan efectivamente sobre el sistema solar, porque, básicamente, ¿qué van a aprender exactamente? Decir que aprenderán sobre el sistema solar no brinda una idea clara del enfoque al que se debe dirigir el aprendizaje.
Por el contrario, si como profesor, te planteas un objetivo específico como: «Al finalizar la lección de hoy, mis alumnos podrán identificar perfectamente los ocho planetas del sistema solar y describir sus características principales» permite que seas capaz de diseñar actividades más enfocadas hacia esa meta y evaluar de manera más precisa el aprendizaje adquirido por tus estudiantes.
Descifrando 2×2 Objetivos
Los cuatro tipos de objetivos en los que se basa la edutécnica 2×2 son los pilares de un proceso de enseñanza significativo. Por lo tanto, cada uno de estos cuatro objetivos debe estar definido por sus propias características.
Se entiende que un objetivo es medible cuando podemos evaluar si se ha alcanzado o no de manera exacta o cuantitativa. Por ejemplo, en lugar de decir «Los alumnos comprenderán la importancia del agua», podemos decir «Los alumnos podrán enumerar tres usos del agua en su vida diaria».
Así mismo, un objetivo se considera significativo cuando está relacionado con los conocimientos y habilidades que los alumnos necesitan desarrollar. Por ejemplo, aprender a resolver ecuaciones cuadráticas puede ser significativo para un estudiante que quiere estudiar ingeniería.
Un objetivo puede ser específico cuando plantea un punto claro y conciso. Así que lo más práctico es evitar términos vagos como «aprender», «conocer» o «comprender» y en su lugar, utilizar verbos de acción más específicos como «identificar», «comparar», «analizar» cuando se establecen actividades en el salón de clases.
Y finalmente, se puede decir que un objetivo es posible cuando es realista y alcanzable en un espacio de tiempo determinado. Es muy importante como docente adecuar la alcanzabilidad de los objetivos educativas a la realidad del aula. Obviamente, todos los educadores queremos que nuestros alumnos salgan mejor que cuando entraron pero eso sólo se puede conseguir desde la zona de desarrollo próximo (Vygotsky).
Beneficios del 2×2 Objetivos
Al establecer objetivos claros y bien definidos, no solo se puede llegar a facilitar la planificación, sino que también se consigue motivar a los estudiantes, a la vez que se les proporciona una guía clara de lo que se espera de ellos. Esta edutécnica permite evaluar de manera más precisa el progreso de los alumnos y realizar los ajustes necesarios en la enseñanza de cualquier educador. Un buen objetivo no solo guía las acciones de los docentes en el aula, sino que también sirve para evaluar si se están logrando todos los propósitos educativos.
Referencias
- Mager, R. F. (1997). Preparing instructional objectives: A critical tool in the development of effective instruction (3rd ed.). Center for Effective Performance.
- Hattie, J. (2012). Visible learning for teachers: Maximizing impact on learning. Routledge.
- Wiggins, G., & McTighe, J. (2005). Understanding by design (2nd ed.). Association for Supervision and Curriculum Development.
- Anderson, L. W., & Krathwohl, D. R. (Eds.). (2001). A taxonomy for learning, teaching, and assessing: A revision of Bloom’s taxonomy of educational objectives. Longman.